La Cámara del Crimen confirmó este viernes (20/01) el procesamiento con prisión preventiva para el cantante y guitarrista de la banda de rock "El Otro Yo", Cristian Aldana, por abuso sexual y corrupción de menores.
El procesamiento, según informaron fuentes judiciales a NA, fue confirmado por los jueces Mariano González Palazzo, Rodolfo Pociello Argerich y Mariano Scotto, quienes tuvieron en cuenta los argumentos del fiscal general Mauricio Viera, que dijo que "los planteos del músico debían directamente tratarse en otra etapa", como ser el juicio oral y público.
"La decisión recurrida se encuentra ajustada a las constancias de la causa y a su análisis bajo las reglas de la sana crítica racional", evaluó la Cámara, la cual tuvo en cuenta los dichos de las víctimas para ratificar el procesamiento con prisión preventiva para el músico.
"El contexto descripto por las damnificadas y los testigos ha encontrado corroboración en las verificaciones psicológico- psiquiátricas informadas por los especialistas del Cuerpo Médico Forense a partir de los estudios a los que se sometió a aquellas", añadieron en el fallo.
Aldana está detenido desde el 21 de diciembre pasado y fue procesado por los delitos de "abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante en concurso ideal con corrupción de menores reiterado en siete oportunidades".
En mayo de 2016, la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres formalizó la denuncia penal contra el músico por distintos hechos: la primera denuncia contra Aldana provino de su ex novia, quien reveló que empezó una relación con él cuando tenía 13 años y que duró hasta que cumplió 19.
Después, se sumaron otras seis chicas, en su mayoría fans del grupo "El Otro Yo", que describieron situaciones de abuso sexual por parte de Aldana y también dijeron que forzó a otras menores de edad a tener relaciones sexuales con él.
Días atrás, desde prisión, Aldana brindó una entrevista a la revista Rolling Stone, en la que dijo estar viviendo "un infierno" y desestimó las denuncias en su contra.
"La estrategia de Carolina Luján [su ex pareja y una de las tres querellantes] es lograr credibilidad por la mera reiteración de otros testimonios, que son el reflejo de sus propios intereses. Tienen un discurso único, prefabricado y encaminado a resaltar el morbo y la pornografía como "gancho" para vender sus mentiras. No existieron tales encuentros, individuales ni grupales. Ni siquiera tengo conocimiento personal con las denunciantes, más allá de que ellas, como seguidoras de EOY, hayan ido a los shows", se defendió el músico.
Y continuó: "Sólo es cierta la relación que mantuve con Carolina, con quien conviví en 2007. Recuerdo esa etapa de puro amor y respeto, que trascendió el ámbito de nuestra intimidad, porque era una relación sana y feliz que compartíamos con nuestros familiares y amigos. Yo pasaba mucho tiempo con ella en la casa de sus padres y en determinado momento decidimos convivir. En esa época Carolina tenía 17 años y era muy independiente, no sólo de su familia, sino también de mí. Tenía sus propios proyectos, su banda de música, tocaba en distintos lugares y se movía a su antojo. En EOY teníamos una rutina agotadora de recitales y giras que provocaron celos y cuestionamientos de su parte, y con el tiempo, la ruptura. Mantuvimos una relación de afecto y amistad hasta el inicio de mi relación con Guillermina -la madre de mi hija-, cuando comenzaron las agresiones. Al principio sólo se trataba de un mero intento de seducción (y hasta acoso) que rechacé, para luego incrementar su ataque hacia mi esposa e inclusive hacia la banda".
Consultado acerca de qué elementos verdaderos hay en las denuncias, Aldana respondió que "aunque resulte terrible y doloroso pasar por esta situación, lo único verdadero fue el amor con Carolina. El resto forma parte de las mentiras que generó su odio. ¿Es posible creer que amigos, ex-parejas, seguidores de la banda y familiares no hubieran podido advertir en mí una personalidad tan grotesca y detestable como pretenden hacer creer las denunciantes? ¿Es creíble que en nuestro lugar de trabajo [las oficinas del sello Besótico], atestado de recepcionistas, músicos, editores, representantes y público, pudieran ocurrir los hechos que se denuncian? ¿Cómo explico, tantos años después, que eso no ocurrió? Esto es un daño muy difícil de reparar. Tengo familia, esposa e hijos. No puedo creer tanta perversidad".