Muy sospechosa decisión del extitular de la AFIP durante el último gobierno de Cristina Fernández, Ricardo Echegaray. Todo ocurrió en octubre de 2015 después de la primera vuelta electoral presidencial donde se impuso Daniel Scioli pero no pudo evitar el ballotage, donde el peronismo avizoraba la derrota del bonaerense.
Casi al mismo tiempo, la justicia federal de Bahía Blanca solicitó peritar la computadora oficial de Echegaray en una causa penal que apunta contra el supuesto testaferro de los Kirchner, Lázaro Báez.
El titular de la AFIP ordenó entonces formatear su computadora con lo cual se perdieron todos los archivos que contenía. Así lo detectó el área de auditoría interna de la AFIP, según revela hoy (29/11) el diario La Nación.
Entre la documentación eliminada habría documentos y correos electrónicos que podían resultar de interés para la justicia.
La eliminación de esos archivos podría constituir un delito en sí, aunque resulta discutible. Dos penalistas consultados por el matutino afirmaron que sí, ya que podría implicar la destrucción de pruebas, prevista en el artículo 255 del Código Penal, aunque un tercer jurista estimó que no. Sin embargo, los tres coincidieron en que podría resultar un indicio en su contra en varios expedientes. Entre ellos, el caso Ciccone o la causa por presunta administración fraudulenta en perjuicio del Estado que tiene a Echegaray como protagonista por la deuda fiscal que la petrolera de Cristóbal López acumuló por más de $ 8000 millones.
Pero no es la primera vez que queda bajo la lupa por la presunta eliminación o adulteración de archivos. En 2009, el exfuncionario cosechó una denuncia penal por supuestas irregularidades en la entrega de subsidios a productores agropecuarios mientras lideraba la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), con la presunta destrucción de registros informáticos al imponer un nuevo sistema, denominado "Jauke".
El entonces juez subrogante Marcelo Martínez de Giorgi sobreseyó a Echegaray en esa causa en octubre de 2012, pero para entonces las sospechas que sacudían a la Oncca ya habían provocado que el Gobierno debiera disolver ese organismo.
Según el matutino, Echegaray evitó a través de una vocera confirmar o desmentir la información. Se limitó a indicar que "desde que salió de la función pública no hace declaraciones a los medios". Aunque en su entorno afirman que “si ocurrió, el equipo informático de la AFIP puede recuperar todos sus mails".