El fiscal José María Campagnoli inició una denuncia penal contra su jefa, la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, acusándola de filtrar copias de una investigación que él tuvo a su cargo y en la que apuntaba al ex espía Antonio "Jaime" Stiuso.
Por esa presentación la funcionaria cercana al kirchnerismo fue imputada. La información filtrada era del secuestro del exempleado ferroviario Alfonso Severo, cuando éste debía presentarse a declarar en el juicio oral y público por el asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra. Ocurrió durante varias horas, el 4 de octubre de 2012. Campagnoli, quien en 2014 logró evitar un juicio político acusado por Gils Carbó de haberse extralimitado en un caso contra el empresario Lázaro Báez, fue quien tuvo en sus inicios el expediente por el confuso secuestro de Severo.
En su investigación, el fiscal apuntaba por el hecho a sectores de inteligencia y, por ende, a Stiuso, que en ese momento aún mantenía una buena relación con el kirchnerismo. Según dichos del propio Stiuso al declarar como testigo en la causa por la muerte del fiscal Alberto Nisman, el caso Severo fue una muestra de la persecución que inició el kirchnerismo en su contra. En ese sentido, el exdirector de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia dijo que la procuradora -de muy buena relación con el kirchnerismo- "manipuló" a Campagnoli para que éste solicitara su detención por el caso. Incluso, el ex espía dijo que Gils Carbó "le dio copias" de la investigación de Campagnoli por el secuestro de Severo al entonces subsecretario de la Secretaría de Inteligencia Francisco "Paco" Larcher, entonces superior jerárquico de Stiuso.
Sumado a ello, Stiuso dijo que allá por 2014 la procuradora -por intermedio del fiscal Nisman- le hizo saber que "no quería tener ningún inconveniente con él". Campagonli realizó una denuncia penal contra su jefa, Gils Carbó, y contra Larcher, a partir de conocer el testimonio de Stiuso publicado por el diario Clarín el 23 de septiembre pasado. A partir de esa denuncia, hoy en poder del juez federal Rodolfo Canicoba Corral, el fiscal federal Ramiro González imputó a Gils Carbó y al exespía Larcher, y pidió varias medidas de prueba. En el requerimiento, la Fiscalía a cargo de González reclamó que sea citado a declarar como testigo el exespía Stiuso.
Desde la Procuración negaron el hecho: las fuentes consultadas del organismo aseguraron que la Procuradora ni siquiera conoce a Larcher y "nunca le pasó denuncia alguna". Además, remarcaron que la denuncia es sólo parte de una nota periodística en la cual se apoya Campagnoli en base a supuesto dichos de Stiuso que ellos desconocen. La denuncia y posterior imputación contra Gils Carbó se producen en un momento complicado para la procuradora: avanza en el Congreso un proyecto impulsado por el Poder Ejecutivo para limitar su mandato -hoy vitalicio- a cinco años, con lo cual se vencería en agosto próximo.
Tampoco escapa que ésta imputación reciente contra Gils Carbó es motivada por una denuncia del fiscal Campagnoli, quien mantuvo un durísimo cruce con su jefa cuando ésta impulsó un juicio político en su contra, que caducó por extenderse más allá de los plazos legales establecidos.