Se demoraba, pero finalmente se desató la guerra entre los hijos de Lázaro Báez y de Cristina Fernández por la causa denominada La Ruta del Dinero K. Hasta ahora el empresario no había querido apuntar contra la exmandataria a pesar de que su hijo Martín quedó implicado a partir del video de La Rosadita donde aparece contando dinero. Se pensaba que si la investigación del cuestionado juez Sebastián Casanello encontraba responsabilidad en Martín, Lázaro confesaría el destino del dinero por cuya operatoria está detenido. Pero eso no ocurrió, y hoy (26/5) entraron en escena los otros hijos del empresario: Leandro y Luciana, que dijeron lo que quizás su padre no se atreve, que el magistrado está protegiendo a Cristina y a Máximo, destinatarios finales del dinero lavado, y que no están siendo investigados como último eslabón del circuito ilegal.
Leandro y Luciana Báez pidieron este mañana la recusación del juez Casanello porque argumentan que hay irregularidades en el direccionamiento que el magistrado le está dando a la causa.
En ese sentido, y según aseguran los dos hijos de Báez, sospechan de un presunto intento del juez de beneficiar a la expresidente Cristina Kirchner y a su hijo Máximo.
Según el portal Infobae, Leandro Báez manifiesta que "no debe perderse de vista que incluso con anterioridad al video que, según el juez, habría dado pie a una serie de citaciones y procesamientos, existió otro video periodístico en el cual se observa a distintas personas retirando cajas con documentación pero, en ese momento, el Sr. Juez nada hizo al respecto".
Esa filmación es el pie de los dos hijos de Lázaro para plantear las sospechas sobre Casanello y su presunta protección a los Kirchner.
Luego, agregan que a lo largo de la investigación se ha hablado incontables veces de "sobreprecios de obra pública" y de "adelantos financieros" y sin embargo los funcionarios que los aprobaban y que hacían los pagos no fueron citados por Casanello excepto por el caso de Ricardo Echegaray, pero el juez no profundizó la investigación hacia la responsabilidad que pudo haber tenido el ex titular de la AFIP.
En el escrito, Leandro Báez menciona que Casanello utilizó como prueba el hecho de un viaje del jefe de la DGI a Río Gallegos en un avión de Lázaro y llamadas entre el empresario y funcionarios. No obstante, denuncia que el juez no analizó las llamadas, no citó a declarar a los funcionarios nombrados y tampoco profundizó la investigación en ese sentido.
Para culminar su argumentación, Leandro cita declaraciones públicas de Casanello donde afirma que Cristina Kirchner no estaba involucrada en el expediente y que tampoco iba a ser citada a declarar.
En síntesis: Leandro y Luciana creen que su padre fue entregado para salvar a los Kirchner, con abogados puestos por la propia Cristina para garantizarse el control de la causa. Con lo cual, se genera también un conflicto entre los letrados que representan al empresario y a Martín Báez.
Pero la irrupción de los dos hijos de Lázaro no terminaría aquí, darían a conocer en las próximas horas un contradocumento que demostraría que su padre era un ‘prestanombre’ de los Kirchner.