Sigue el papelón en el caso del escándalo de las coimas entre empresarios y funcionarios kirchneristas por la desaparición de la prueba fundamental que motorizó toda la causa: los cuadernos del exchofer de Roberto Baratta, Oscar Centeno, donde se habrían asentado todos los pagos ilegales realizados durante años.
Quien si apareció fue la expareja de Centeno, que tenía en su poder la bitácora del chofer y que hizo público el material. En una entrevista con la revista Noticias, Hilda Horovitz dijo que los anotadores los tenía guardados en su placard.
Anoche (2/8) el programa Animales Sueltos difundió dos audios con breves declaraciones de la mujer. En uno de ellos, asegura que su ex conoció al Néstor y Cristina Kirchner de entre casa. "Sí. Oscar me habló de Cristina cuando iba en Olivos; la veía en pijama, desarreglada, pero no tenía contacto con ella. Se hablaba mucho más con Néstor Kirchner", aseguró Horovitz.
En el otro fragmento relata que su ex tenía la idea de decirle a Baratta que si "no lo llevaba" a algún lado, una vez que se fue del poder el kirchnerismo, "iba a utilizar los cuadernos para mostrarlos".
"Los terminé usando yo", apuntó la mujer.
Según trascendió, Hilda cuenta que sabía que su pareja anotaba todo, pero no lo vio hacerlo. Sí estaba en conocimiento de su existencia. También contó que le pegaba y que sufrió maltratos.
Centeno y Horovitz se separaron en 2016 tras unos 9 años de relación. Un año después de la ruptura, la mujer se acercó hasta el despacho del juez federal Claudio Bonadio y acusó a su expareja de llevar y traer bolsos con dinero.
Por su parte, el diario La Nación reveló hoy que los cuadernos de Centeno se conservaron durante varios años en una caja de galletitas dentro de una bolsa de un comercio y protegida a su vez por otro envoltorio.
Más allá de la desaparición de los cuadernos, el fiscal Carlos Stornelli seguirá avanzando con las pesquisas ya que considera que el 50 por ciento de los datos de los anotadores ya fue corroborado.
Además, cuenta con el testimonio del chofer Oscar Centeno y su confesión de que los cuadernos eran suyos y que él escribió su contenido. Además, confirmó las fotocopias de los mismos.
Entre las corroboraciones estaría el cotejo entre las anotaciones de Centeno de sus visitas a la Quinta de Olivos con el libro de ingresos de la residencia presidencial, que habrían coincidido.