La jueza de Río Negro Mirta Filipuzzi autorizó a la familia de Joaquín Navarro (7 años), a que cultive “todas las plantas de cannabis que sean necesarias” para poder tratar la enfermedad del niño. Según publica el Centro de Información Judicial, el fallo deja en claro que el cultivo es "con exclusivo destino medicinal" y rige "hasta tanto el Estado Nacional provea el suministro de aceites, cremas y material vaporizable de cepas identificables de cannabis con balances variados de CBD y THC en cantidad suficiente para su rotación permanente".
Joaquín tiene síndrome de Tourette y el aceite de cannabis mejora su calidad de vida de forma considerable.
Se trata del segundo amparo de uso de cannabis medicinal en Argentina. El primero fue en Salta, en marzo, cuando la Justicia autorizó a una mujer a cultivar 12 plantas adultas y 40 plantines de distintas cepas para tratar el trastorno neurológico de su hijo.
El síndrome de Tourette es un trastorno neuropsiquiátrico que se caracteriza por la aparición de múltiples tics motores y al menos un tic fónico involuntario. Se pueden registrar cambios periódicos en la cantidad, en la frecuencia, en el tipo y en el lugar en el que se producen los síntomas y altibajos en su gravedad.
Joaquín fue diagnosticado a principios de 2016. Y el 4 de noviembre de ese año, su familia le dio aceite de cannabis por primera vez. "La mejoría se notó desde el primer día. Hoy te puedo decir que gracias al cannabis mi nieto es un chico de segundo grado más, que va a una escuela normal. Si no te digo que tiene Tourette, no te das cuenta", dijo María Eugenia Sar, su abuela, tras el fallo.
"Ya casi no tiene tics, bajó ansiedad, no tiene más TOC. Hace una vida normal. No tiene problemas para sociablizar. Gracias a Dios apenas supimos del síndrome dejamos los tabúes de lado y nos animamos a probar", contó.
Cabe recordar que el año pasado, el Senado convirtió en ley el uso de cannabis con fines medicinales. Sin embargo, la iniciativa permite importar el aceite para los pacientes con indicación médica, pero no contempla el autocultivo, un reclamo de las familias que tratan a sus hijos con este producto.