El Tribunal Oral en lo Criminal IV de La Plata condenó este lunes (25/04) al propietario de un perro de raza pitbull por "homicidio simple", por la muerte de un niño de dos años en 2014 provocada por el animal en la localidad bonaerense de Alejandro Korn.
El acusado fue condenado a ocho años de prisión de cumplimiento efectivo por homicidio simple, y el caso sentará jurisprudencia por tratarse de la primer condena a un dueño de un perro.
Se trata de Horacio Fernando González, de 49 años, propietario y entrenador de perros pitbull, quien comenzó a ser juzgado la semana pasada por el tribunal platense por el delito de "homicidio simple", que prevé una pena de entre 8 y 25 años de prisión.
"Mi familia y yo pedimos perdón por todo lo ocurrido; si pudiera volver todo esto atrás, daría mi vida para que no se hubiera producido", aseguró González.
El hecho que se juzga ocurrió el 29 de mayo de 2014 en la calle Bonpland al 900 de la localidad de Alejandro Korn, cuando el pitbull atacó a Santiago Veer, un niño de dos años, generándole graves heridas en la cara y el cuello que le ocasionaron la muerte casi en el acto.
Según consta en la causa, González había sido advertido por terceros sobre el comportamiento de sus perros, a pesar de lo cual ese día ató al can a un auto abandonado en la vereda y que solía ser usado por los niños como "casita de juguete".
El nene salió de su casa a jugar en la vereda cuando el perro, que estaba sin bozal, comenzó a morderlo en la cara y el cuello, según contaron testigos.
"Estaba lavando la ropa y Santi con su hermanita fueron a jugar a la vereda. De repente, escucho los gritos de este señor que con mi nene en brazos, lleno de sangre, decía que ya no había nada que hacer", relató la madre del nene.
Si bien el menor fue llevado de urgencia al Hospital San Vicente, la pérdida de sangre por las profundas heridas fue mortal.
"Si la persona que educa al animal no evita esa agresividad, se potencia y un niño puede ser considerado una presa", dijo un perito experto consultado por el tribunal.
Otros testimonios, entre ellos el de la abuela del menor, indicaron que los animales del acusado ya habían protagonizado otros hechos violentos en el barrio. Según las versiones, cuando el hombre era advertido sobre la peligrosidad de sus mascotas, contestaba con insultos y evasivas.