Todo era lujo en la vida del titular del Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación (Soeme), Marcelo Balcedo, hasta que fue detenido en Uruguay junto a su mujer, Paola Fiege. Lo acusan de evasión fiscal y lavado de dinero.
Balcedo se encuentra ahora detenido en la Cárcel Central, que antes era un penal VIP pero hoy aglutina a personas que aguardan la extradición a otros países -como él-, y a presos comunes, cuyos perfiles son estudiados por un equipo para definir sus traslados a otros establecimientos del Instituto Nacional de Rehabilitación.
Según publica el diario uruguayo El País, allí Balcedo comparte el piso 5 con un capo mafioso, un asesino y 13 jóvenes mexicanos -doce de ellos tienen entre 18 y 19 años, por lo cual los llaman"la Sub 20 de México"- que robaron la joyería del hotel Enjoy de Punta del Este.
El Piso 5 tiene un espacio en el centro, un corredor y celdas a su costado. Las puertas de las celdas son corredizas y tienen varias trancas externas. Además cuentan con mirillas para pasar los platos de comida. Nada de lujos en las celdas: una cama de hierro con un colchón sin funda.
En este celdario se encuentran alojadas personas bajo "arresto administrativo". Es decir, son presos que enfrentan juicios por pedidos de extradiciones de otros países. En este piso se aloja Rocco Morabito, sindicado en Italia de ser uno de los jefes de la mafia calabresa Ndrangheta. Morabito era buscado por la Policía italiana desde 1995 por delitos de asociación ilícita de tipo mafioso y tráfico de drogas y vivía en Uruguay con una identificación falsa desde 2002. Fue capturado el pasado 4 de septiembre en un hotel del Centro de Montevideo, en el que se había alojado tras discutir con su esposa.
En el mismo piso, se encuentran los mexicanos que realizaron un asalto espectacular a la joyería instalada en el hotel Enjoy, ex Conrad Dos de ellos portaban en el atraco armas de aire comprimido. Habían llegado a la escena del crimen amontonados en un pequeño furgón.
"Fuimos engañados y amenazaron con matar a nuestros familiares si no veníamos a a Uruguay a realizar el atraco", dicen los mexicanos a quienes los visitan.
Williams Pintos Pinto, asesino de la niña Brissa González (12 años), está alojado solo en una celda. Un operador judicial ingresó en ella. Pintos Pinto lloró. "Soy un monstruo. No merezco vivir. Lo que hice fue aberrante", dijo ante un operador judicial que ingresó a verlo. Algo similar ya le había dicho al juez Ricardo Míguez y al fiscal de Homicidios, Juan Gómez, en la audiencia de declaración realizada el 25 de enero pasado.
A poca distancia de Williams Pintos Pinto se encuentran otras dos personas procesadas por delitos sexuales muy sonados en el interior del país.