Matías Arrúa, el oficial de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que mató a tiros a un adolescente de 16 años que intentó robarle el auto con un arma de juguete en Esteban Echeverría, recuperó la libertad luego de que el fiscal Fernando Semisa entendiera que “no había peligro” de fuga del agente.
Semisa tomó la decisión luego de indagar a Arrúa, de 25 años, bajo el cargo de “homicidio con exceso en la legítima defensa”.
De acuerdo con los investigadores del caso, Arrúa se encontraba junto a su novia -también miembro de la PSA- a bordo de su auto cuando, poco antes de arribar a su domicilio, fue sorprendido por tres asaltantes que pretendieron robarles el vehículo. Uno de ellos portaba un arma, que resultó de juguete.
Los ladrones amenazaron a la pareja, se apoderaron de efectos personales del hombre y las llaves del auto. Luego, subieron con intenciones de escapar, pero en ese momento Arrúa ingresó al garaje de su casa, tomó la pistola reglamentaria de su novia y comenzó a disparar con dirección al auto, matando a uno de los asaltantes, cuyo cuerpo quedó en el interior del vehículo. Los otros ladrones lograron escapar corriendo.
Minutos después, los médicos que llegaron al lugar constataron que el adolescente fallecido presentaba cuatro heridas de arma de fuego, con orificios de entrada y salida en la costilla dorsal izquierda, brazo izquierdo, oreja izquierda y hombro derecho. Tanto Arrúa como su novia -que estaban de franco y de civil- se encontraban ilesos.
En su indagatoria ante el fiscal, Arrúa dijo que los cómplices del fallecido también estaban armados y que disparó para defenderse porque escuchó a uno de ellos decir "matalo que es rati".
Además, aseguró que escuchó un disparo proveniente del auto en el que se hallaban los delincuentes, lo que aún no pudo ser acreditado por la Justicia, ya que el arma que secuestraron dentro del vehículo es de juguete y no se hallaron ni vainas ni plomos que no sean del arma reglamentaria de la novia de Arrúa.
Ante esa situación, el policía explicó que comenzó a disparar para defenderse contra los ladrones, a uno de los cuales mató de cuatro balazos y puso en fuga a los otros dos.
Los investigadores dijeron que Arrúa realizó "entre ocho y nueve disparos" y que siete de ellos impactaron en el auto y uno en el frente de una casa.