En Tucumán, los vínculos entre la política y el Poder Judicial quedaron expuestos en más de una ocasión. Un caso emblemático es el de Paulina Lebbos: Una joven de 23 años que fue asesinada en esa povincia. En la investigación estuvieron involucrados los hijos del ex gobernador José Alperovich y cuatro funcionarios de la provincia fueron acusados de encubrimiento.
Hay otro caso que está vinculado con la política (y con el ahora juez Facundo Maggio): Se trata de Guillermo Gray, arquitecto y ex Director de Obras Públicas de Tafí del Valle, acusado por abuso sexual hacia su nieto. La denuncia fue efectuada por el padre de la víctima hace 4 años, y las pruebas serían contundentes, pero la Justicia no avanza.
"Es una familia de muchos contactos", se lamenta el padre de la víctima. Además, sostiene que tienen fuertes vínculos con la Iglesia (en particular, con la prelatura Opus Dei) y que"por eso consiguieron al abogado del Arzobispado para defenderlo, a Facundo Maggio".
La cadena sería la siguiente: el abogado Facundo Maggio, casado con una sobrina del actual ministro fiscal de Tucumán, Edmundo Jiménez, era el defensor del Arzobispado de Tucumán y también de Guillermo Gray. A pesar de antecedentes poco felices, como la solicitud del "2x1" para los acusados de delitos de lesa humanidad y la defensa de los intereses del padre Juan Viroche, cuya muerte está vinculada al narcotráfico de la provincia, el Gobernador Juan Manzur impulsó su designación como juez, cargo que tiene ahora Facundo Maggio.
Así es que el padre de la víctima de abuso sexual infantil, un niño que ahora tiene 8 años, denuncia públicamente las relaciones entre el poder político y la justicia, que provocan un avance lento y causas eternas. "Hay todo un círculo de abogados del estudio de Edmundo Jiménez, donde está el centro de la corrupción en Tucumán. Él ha seleccionado a todos los jueces y fiscales de la provincia", sostiene.
El abuso sexual infantil por parte de Guillermo Gray a su nueto "está comprobadísimo", dice el padre de la víctima, "pasé por todas las instancias, pedí ayuda en todos lados y después de 4 años estoy esperando que se fijen las fechas para el juicio oral".
Los primeros signos de que algo andaba mal comenzaron a aparecer en el comportamiento del niño cuando tenía 2 años. Recién a los 4, cuando habló, su padre conoció el motivo:“El abuelo me mete el dedo en la cola”. No solo se lo dijo a él, sino también a un médico, y en Cámara Gesell.
La primera denuncia por abuso sexual infantil fue en abril del año 2014. El padre y la abuela paterna impulsan la investigación y la cusa en contra del abusador, el abuelo paterno del chico y ex funcionario de la provinicia de Tucumán, y la madre de la víctima.
"El chico venía con golpes, con el ojo morado", sostiene el papá, y agregá que la madre de la víctima "siempre defendió" al abusador. Cuando el niño, finalmente, decide contarlo, relata lo que pasó y también que su madre estaba presente durante los abusos. Ella fue elevada a juicio oral por complicidad, pero se la terminó sobreseyendo por un "error judicial". Ahora está siendo investigada por encubrimiento, tiene un régimen de visitas pero el chico se niega a verla.
Como la justicia tucumana no les daba respuesta alguna, el padre y la abuela del chico llegaron hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Ahora están esperando que se defina la fecha del juicio oral. "Hay una red de relaciones muy grande que impide que haya Justicia", resume el papá de la víctima.