Finalmente, y tal como se esperaba, Enrique Pescarmona fue aceptado por el juez Claudio Bonadio como imputado colaborador en la causa de los 'cuadernos de las coimas'. El empresario firmó ayer (30/08) el acuerdo de colaboración con el fiscal Carlos Stornelli, después de que su directivo, Francisco Valenti, había confesado sobre el pago de fondos ilegales al gobierno kirchnerista. Además, el juez ordenó la excarcelación de este último, preso hace 25 días.
El empresario y dueño de IMPSA se convirtió en imputado colaborador que el expediente donde se investiga un entramado de sobornos por más de 200 millones de dólares. En esta causa, según la acusación formal del fiscal Stornelli, la estructura delictiva contó con la participación indispensable de directivos y ejecutivos cuyas compañías eran contratista del Estado.
Según Clarín, la declaración como "arrepentido" y que fue homologada por el juez Bonadio, se realizó después de haber presentado el miércoles un escrito ante la Justicia en el marco de la causa de los cuadernos de la corrupción, para "ofrecerse a colaborar" y "ayudar" a Francisco Valenti, directivo de la compañía detenido hace 25 días.
Ambos empresarios están acusados de ser partícipes de la asociación ilícita que se dedicó a la recaudación de fondos ilegales. Pero Pescarmona recién rompió el silencio luego de que su directivo firmara el acuerdo como arrepentido (no se descarta que lo hubiera nombrado en su declaración).
Ahora Valenti recuperó su libertad tras la homologación de ambos acuerdos de colaboración.
Valenti y Pescarmona están imputados como partícipes de la asociación ilícita comandada por Cristina Kirchner. Según los registros del chofer Oscar Centeno, IMPSA habría pagado unos US$2,8 millones para quedarse con la obra pública.
El 5 de agosto pasado, la justicia arrestó a Valenti, vicepresidente del grupo Industrias Metalúrgicas Pescarmona (IMPSA), cuando llegaba a Ezeiza de un viaje. Aparecía mencionado en las anotaciones que durante diez años llevó el chofer de un ex funcionario kirchnerista en las que registró rutas, pagadores y destinatarios de los presuntos sobornos pagados en ese lapso por empresarios a los gobiernos de los ex presidentes Kirchner.
Según los escritos de Centeno, su jefe, el entonces subsecretario de Coordinación y Control de Gestión del Ministerio de Planificación Roberto Baratta mantenía reuniones con Valenti en Buenos Aires. Luego Valenti aceptó esto como verdad y finalmente fue declarado como arrepentido en la causa.