El camarista Jorge Ballestero presentó su renuncia a la sala I de la Cámara Federal porteña, en medio de la licencia médica que había pedido hace dos semanas, mediante una nota dirigida al ministro de Justicia Germán Garavano.
Según trascendió, en su dimisión no adujo ningún motivo personal, sólo manifestó que deja su cargo en la Cámara. La renuncia es a partir del 1 de junio y, el Gobierno la aceptaría.
Cabe destacar que Ballestero es uno de los jueces menos queridos por la Casa Rosada, al igual que su colega Eduardo Farah. Para ellos, el oficialismo quería el mismo destino que tuvo Eduardo Freiler: fuera de la Cámara Federal.
En el oficialismo les reprochan a Ballestero y Farah haber beneficiado al empresario Cristóbal López no sólo con su excarcelación sino además con la atenuación de la causa en su contra por haberse quedado con la liquidación de impuestos a los combustibles.
Elisa Carrió cree que hubo coimas para que los camaristas beneficiaran a López y por ello presentó una denuncia ante el Consejo de la Magistratura. A instancias del macrista Pablo Tonelli se impulsa una investigación para determinar si los jueces se enriquecieron de forma ilícita. Por este motivo, según determinó un jury, Eduardo Freiler fue destituido el año pasado.
Ahora, con su renuncia, Ballestero eludiría el juicio político con el que lo amenaza el oficialismo y podría jubilarse.
Recordemos que el pasado 26 de abril, el plenario de la Comisión de Selección del Consejo de la Magistratura aprobó el traslado del juez Eduardo Farah a un Tribunal Oral Penal Económico. De este modo, Farah -que tuvo fuertes cruces con Mauricio Macri- también dejó la Cámara Federal porteña.
Ahora, con estas dos vacantes, el Gobierno podría proponer magistrados cercanos en una cámara importante que investiga varias causas de corrupción.