A fines de 2018, la Corte Suprema de Justicia de la Nación debe renovar el mandato de su presidente. Desde hace varios mandatos, y gracias a la grieta entre los K y Grupo Clarín, Ricardo Lorenzetti logró permanecer al frente, pero con un enorme desgaste personal y colectivo: el Poder Judicial tiene su credibilidad en el sótano.
La ofensiva contra Lorenzetti de la diputada nacional Elisa Carrió, cofundadora de Cambiemos, ha logrado astillar el humor del presidente de la CSJN, y esto facilitó, sin que fuese la intención de Carrió, que Lorenzetti acepte impulsar el candidato de Macri para nuevo presidente de la Corte.
Carlos Rosenkrantz es el hombre de Macri para nuevo titular de la Corte, al frente de una nueva mayoría de 3 a 2: Rosenkrantz, Lorenzetti y Elena Highton de Nolasco.
Para que esto se cumpla, Lorenzetti debió garantizar ante Macri y Rosenkrantz, el voto de Highton de Nolasco.
Horas atrás este colectivo brindó un ejemplo de lo que puede esperarse de esa nueva Corte'de mayoría automática' que estaría consiguiendo el Ejecutivo Nacional.
Lorenzetti, Highton de Nolasco y Rosenkrantz votaron revocar un fallo anterior de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo que había admitido el planteo de un médico cirujano, quien demandó al hospital en el que trabajaba aduciendo que el vínculo que lo unía a la institución era de carácter laboral.
La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo admitió el planteo con fundamento en que“el contrato de locación de servicios no existe más en ningún ámbito del derecho” y concluyó que, probada la prestación de servicios, el vínculo era necesariamente de carácter laboral.
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Sin embargo, Lorenzetti, Highton y Rosenkrantz fallaron que “la mera prestación de servicios para una empresa no implica que la relación sea dependiente” y remarcaron “la vigencia indiscutible de la figura de la locación de servicios en el Derecho argentino”.
El fallo es de un impacto importante en materia de Derecho Laboral, y provocó escozor entre los abogados de sindicatos de trabajadores, quienes no dejaron de recordar que Rosenkrantz siempre se desempeñó como abogado de grandes empresas, y su influencia en la Corte Suprema podría marcar una nueva jurisprudencia en numerosos temas, tal como el presidente Macri ha dejado constancia que es su ambición, no reflejada en las instancias inferiores de la Justicia en lo Laboral (que, por cierto, ha abusado en cuestiones tales como los accidentes de trabajo).
El fallo 3 a 2 en la Corte Suprema descalificó el pronunciamiento de la Cámara de Apelaciones porque “omitió valorar prueba según la cual la relación no tenía ninguno de los rasgos típicos de la relación laboral”.
“El médico era socio de una asociación que tenía injerencia directa dentro del hospital en la toma de decisiones sobre qué profesionales podían ser admitidos al nosocomio, cómo debían llevarse adelante las prácticas médicas y cómo eran distribuidos los honorarios. Además, el médico solo cobraba si realizaba prácticas médicas”, fundamentó la Corte.
Rosenkrantz-Highton-Lorenzetti hicieron hincapié en“circunstancias adicionales indicativas de la ausencia de relación laboral (el actor era monotributista y emitía facturas, nunca hizo reclamo alguno durante siete años y no invocó ni probó haber gozado de licencias o vacaciones pagas)”.
Los otros 2 jueces de la Corte, Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti, se remitieron a lo dictaminado por el Procurador Fiscal, quien entendió que el fallo apelado sólo resultaba arbitrario en cuanto condenó a los demandados a pagar la multa por empleo no registrado.