El 14/4 la Cámara Federal de Casación penal reabrió la causa que investiga un pago de sobornos por parte de la empresa sueca Skanska, para la ampliación de gaseoductos en el norte y sur del país. Se trata de la 1ra gran denuncia de corrupción que estalló durante el kirchnerismo, durante el gobierno de Néstor Kirchner.
La investigación había sido cerrada en 2011, cuando la Cámara Federal sobreseyó a los acusados. Se trata de los funcionarios kirchneristas Fulvio Madaro, Néstor Ulloa, y Daniel Cameron.
Pero la famosa Sala I integrada por Jorge Luis Ballestero, Eduardo Freiler y Eduardo Farah, no había tenido en cuenta una grabación entre el auditor de la AFIP, Claudio Corizzo y Javier Azcárate, uno de gerentes de Skanska, donde se habla de las coimas. Además, ignoró un cuestionamiento al peritaje contable que derivó en los sobreseimientos.
Con esos dos antecedentes se reabrió el expediente, y ahora el fiscal Carlos Stornelli pidió que se anulen los sobreseimientos bajo la figura de la "cosa juzgada írrita", una alternativa "excepcionalísima" pero que de aceptarse (debe hacerlo ahora el juez Sebastián Casanello, que también quedó al frente de esta causa) podría servir de antecedente a otras causas de corrupción del kirchnerismo cerradas por jueces o camaristas amigos.
Según explica este martes (26/4), la "cosa juzgada írrita” es un planteo jurídico mediante el que se pueden revisar las decisiones judiciales que fueron hechas (sobreseimientos definitivos) de manera fraudulenta o errónea para proceder a la reapertura del caso.
La Sala IV de Casación, por mayoría, había dado por válida la grabación en la que un directivo de la empresa sueca confesaba el pago de sobornos a funcionarios y el uso de facturas falsas. Los jueces Mariano Borinsky y Juan Carlos Gemignani hicieron lugar al uso de esa prueba días atrás, lo que había sido requerido mediante una apelación de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas.