Se repite la historia, Hebe de Bonafini no quiere presentarse ante un llamado de la Justicia por los desmanejos del programa Sueños Compartidos, donde pretende que toda la responsabilidad recaiga en Sergio Schoklender y se desentiende de la Fundación que preside.
Bonafini está acusada de apropiarse de al menos $46,1 millones que debía abonar en concepto de aportes jubilatorios de los empleados de su fundación y nunca recibió la Anses.
La titular de Madres fue citada a prestar declaración indagatoria por el juez Diego García Berro para el próximo 25 de octubre, pero ella ya avisó que no irá.
"El único gasto superfluo mío es el papel higiénico doble. Ya saben que vivo de mis dos pensiones, tengo la misma casa que ni la he pintado. Pero me quieren joder la vida para obligarme a que vaya ante los jueces y baje la cabeza. Pero no voy a ir", aseguró en declaraciones radiales esta mañana a la vez que argumentó que las Madres no tienen "un mango ni partido al medio" y que todos los fondos destinados a la construcción de viviendas se manejaban "por arriba".
"Firmaba el proyecto (el ex ministro de Planificación, Julio) De Vido; después lo pasaba a (el ex secretario de Obras Públicas, José) López; después a (el ex subsecretario de Obras Públicas, Abel) Fatala y afanaba (Sergio) Schoklender todo lo que quería. Se hicieron cantidad de barrios, de casas, de hospitales. Lo que pasa es que no se pagaron los insumos y la ART a los trabajadores, y se afanó plata un montón. Pero nosotros no vimos un peso", subrayó.
Hebe volvió a referirse a la causa principal -donde tampoco quiso declarar en su momento ante el juez federal Marcelo Martínez De Giorgi que la procesó- y explicó que entregaron "60 cajas con información, pero ni siquiera las abrieron", y dijo que como en la Justicia "no saben o no quieren saber quién se quedó con la plata", las "hacen pagar" a las Madres.